sábado, 3 de marzo de 2012

¿Por qué por qué?

La presión de mi cabeza no se disuelve y yo me siento incapaz de hacer nada para remediarlo... vamos, nunca lloro. Creo que me guardo demasiadas cosas, pero ¿Quién sería capaz de comprenderlas? ¿Quien entendería mi obsesión por cuestionármelo absolutamente todo? Todo. Puedo sacar una critica y preguntar el por qué de hasta la palabra silla. Pero, es que... ¿Quién ha decidido que todos la tengamos que llamar así? ¿Le han preguntado a ellas? ¿Acaso son todas iguales? ¿Qué derecho tenemos de englobarlas? Ninguno... además ¿Por qué tener que etiquetarlas? ¿Para tenerlo todo bajo control?... Son demasiadas dudas, y eso solo de una palabra, imaginad ahora, de toda palabra que nombro, que escribo.. es más, ¿Por qué por que se escribe así? ¿Por qué utilizo estas palabras para preguntarme las cosas? Porque me han enseñado que así es, pero yo no quiero ser como los demás.. no quiero hacer sus mismas cosas. Los envidio, de verdad, ellos no sienten la angustia que me corroe día a día, con la que cada mañana me levanto preguntándome algo nuevo. Llega un punto en el que mi cabeza necesita huir de todo y no se que hacer, en estos momentos escribir lo único que hace es que mi cabeza se pregunte el por qué de escribir... y yo no soy capaz de darle las respuestas que me exige.

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