Dudas

Lo siento, al hablar con otras personas la palabras salen de mi ideología, pero cuando estoy contigo... mis sentimientos me invaden y me hacen darme cuenta de lo que me contradigo.

Pero soy así, una parte de mi mente, la que me chilla que el amor no existe, quiere no quererte. Esa parte, lógica, racional, la cual debate argumentos empalagosos a montones es destruida, o digamos mas bien callada, en el instante en el que tus ojos a través de esos cristales me sonríen.

En ese momento, en el que beso a beso mi mente quiere susurrarte un "te quiero" al oído.. ahí me siento como una traidora a mis ideales. El calor en el pecho y el latido incesante de mi corazón me lo reiteran una y mil veces.

Y las dudas empiezan a surgir, un torbellino que en continuo movimiento nubla mi cabeza y la ataca con destreza, casi surgen las lágrimas, para mí, es extraño... no suelen visitarme. Todo llueve en mí cubierto de angustia, pero entonces llegas tú y me regalas un beso; sabor limón que se lleva todo lo malo. Todo desaparece al tocarte, al acariciar tu pelo, al rozar mis dedos tu barbilla y encontrar esos labios que me llaman a la libertad, tan suaves, y las huellas que allí habitaron son sustituidas por las mías.

Casi me hacen olvidarme de que nos escondemos y de que nuestros besos son furtivos, pero digo casi, pues al abrir los ojos la realidad me abruma. Sólo hace falta separar los labios, ni siquiera me separo de ti, pero todo cae con fuerza... demasiada fuerza y día a día más. Se convierten en cinco minutos efímeros; de libertad, sí, pero la jaula se hace más pequeña y me oprime con más fuerza cada vez al terminar éstos.

No sé que hacer, pues me acabo sintiendo mal... no es sólo esta situación, eres importante para mí, pero no tanto. Son todas las cosas con las que vivo y todo lo que conlleva este sentimiento. ¿Tendré que estar escondiéndome siempre? No me importa hacerlo de mis padres, de mi familia... pero todo sería más facil si lo pudiera hacer delante de mis amigos, de nuestros amigos.

Siempre he querido ser libre, fuera de esta sociedad, y sin embargo me oprime más que a los que yo creí esclavos... tal vez sea porque ellos no son conscientes de los barrotes. Creo que me encierro yo misma dentro de ella... o tal vez eres tú a que lo hace. No quiero sufrir y no sé si compensan cinco minutos de libertad. Pero claro, todo esto lo dice mi parte lógica, la que tu callas cuando me besas.