sábado, 24 de marzo de 2012

Decepción

Las lágrimas brotaban de sus ojos, la decepción los inundaba. No era como otras veces, esa chispa de odio y desprecio no cabía en ellos esta vez, solo la decepción; y eso era peor que cualquier cosa.
Me miraba preguntándome el por qué, el por qué de mis mentiras, el por qué de una hija así, por qué... me lloraban sus ojos y yo no sabía que responder. ¿Qué iba a decir? Mi mente ya estaba jugando con un final alternativo, todo basado en mentiras por supuesto, pero no tenía ganas de llevarlo a cabo. Sólo quería chillarle a su corazón que lo sentía, que de verdad, me perdonase. Pero no me sentía capaz de nada, mi boca ni siquiera se abría y mis ojos no se despegaban del suelo, fijos en él sentía que las lágrimas querían inundarlos pero no podían.

Las palabras continuaban solo acompañadas por la pena, la tristeza, me decía que por qué no le decía la verdad, y un "lo siento" salía de mis labios, al momento debatidos por un "por que te hemos pillado" y yo sabía que era así, que si no lo hubiesen hecho me abría dado igual. Porque todo lo hace.

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