domingo, 11 de diciembre de 2011

Night


El bote sonando al moverlo me inquietaba, ojalá que nadie me oiga. Mi corazón palpitaba al máximo, me intranquilizaba que alguien pudiera escucharlo y se asomase, pero eran las cinco de al mañana y en un pueblo tan pequeño como este nadie se pasea por aqui a estas horas.... bueno ¿nadie? Si exceptuamos a las personas que están en el callejón de Calle Ancla rodeadas de verde humo, a las que se bajan del autobús de las seis botella de vodka en mano, a los que intentan dormir sobre un cartón y con el frío no les deja, o el mono ¿Quien sabe? En fín que alli estaba yo, intentando proclamar la verdad mediante en escándalo en una calle oscura, en un lateral de uno de los edificios de la mentira.

Preparando los botes, tres colores. Rojo. Amarillo. Morado. Realmente aqui no tenían el
significado que se les daba cuando ondeaban juntos, simplemente, no tenia mas colores. Bueno, la noche se cernía sobre mi cada vez mas apremiante, se acercaba alguien, me metí detrás de un matorral y contuve mi respiracion intentando escuchar alguna otra. Identifiqué dos.


Una se entrecortaba por la risa y la otra parecía ansiosa. Una de ellas, la que reía chilló alto y claro "¡Para!" seguido de un sonido de vomito. Yo me quede paralizada al reconocerla. ¿Ella? No podía haber acabado tan mal... en fín, sabía por el camino que iba, con lo buena que era antes, tan antidrogas y ahora son las drogas las que le temen a ella. Volvieron las risas y los pasos se alejaron de alli, sus pies se llevaban tambien el olor a polen y a ron. Por un momento me recorrió la pena, pero pasé. Ya podía continuar lo mío que es más importante que otra adolescente que continúa con la tradición de unos años de drogas y luego ya me desengancharé.

Me aseguré de que no había nadie en la pequeña plaza y salí, me arrodille delante de la puerta de la iglesia al tiempo que mis labios se curvaban en una sonrisa de satisfacción, llevaba mucho tiempo planeando esto, y mis dedos comenzaron a trabajar antes que mi cabeza.

Mi dedo presionó y el color voló por el aire, rápidamente se formó un pájaro morado y los botes empezaron a sucederse en mis manos como si tuvieran imanes. Todo era un torbellino de color que formó fuego, toda una puerta llena de fuego, la puerta ardía y las llamas intentaban tocar el pájaro que hacía volar una frase.

Me alejé paso a paso, lentamente recogí mis cosas, las metí en la mochila y seguí mirando mi obra. De pronto sonaron unas sirenas y mi cuerpo se paralizó, mierda, empecé a correr sin darme tiempo a firmar, bueno mi arte lleva mi firma en cada trazo, espero que no se note demasiado que es mio, la carretera voló sobre mis pies como nunca lo habia hecho y en nada estaba en la otra punta de la calle desde donde lo podía ver todo a salvo.

Ví a dos policías acercarse, mirar la puerta y negar con la cabeza, giraron sus cabezas intentando descubrir a alguien y se dieron la vuelta y volvieron a irse. También yo me di la vuelta y volví a casa, a la mañana siguiente todas las personas del pueblo leerían;

"La verdad nos hace libres, la mentira, creyentes"

6 comentarios:

  1. Creo que esta entrada es una de mis favoritas... En cada palabra, frase, párrafo; en el sentimiento que has puesto al escribirlo, has hecho que viese una palabra que me gusta demasiado y que no la poseo... "Libertad". Lo que, seguramente, tú, yo y muchas personas queremos... libertad... Te quiero.. =)

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  2. Quiero buscar la libertad contigo (L)

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  3. "Si en esta vida hay algo que salvar que sea nuestra libertad" (L) Yo también quiero

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