Y mi mente comienza a divagar, cómo ayer, cuando mi vecina, sonriente y feliz, me enseñaba a su nieta... que contenta estaba. No puedo evitar preguntarme si esa niña realmente se merece que la hallan traído a este mundo. Los padres están muy contentos.. pero yo no le haría eso, yo
no traería a nadie a esta mierda de mundo...

yo no quiero que me puedan culpar de que le han hecho bullying en el colegio, de que no sabe cómo se siente, ni siquiera sabe quién es. No quiero que nadie, nunca, se sienta mal y yo tener parte de culpa.. sin embargo sé que es imposible, ¿Cuando ha existido alguien que este bien en todo momento? ¿Feliz de por vida? Y realmente, ¿Qué culpa tenemos nosotros? ¿Qué culpa tiene una persona mala, de ser mala? ¿Acaso él o ella eligió estar aquí? ¿Y qué es lo malo y que es lo bueno?
Todo lo delimita la sociedad pero, ¿Por qué?
Adoptar es otra cosa... un niño que ya han traido al mundo, que ya está aqui, lo único que podemos hacer es intentar hacerle su pasajera estancia aqui más llevadera. Sé que sueno egoísta, pero lo que pienso, lo pienso por experiencias ya vividas, momentos de culpar, de al no saberme a mí buscar un responsable, y solo ver a dos personas que no sabían lo que hacían al traerme, al acariciar una barriga. ¿Sabían cómo iba a ser yo? ¿Lo que conllevaba traerme? Creo que no, y alguna que otra vez lo habrán lamentado.

Lo mejor que se podría hacer es alejarnos a nosotros, a los niños, de la sociedad, que no crecieran con esas inhibiciones que la sociedad te implanta, esos sentimientos de lo que está bien o lo que está mal en cada situacion, ese comecocos de la religión, la influencia de otros niños a su vez influenciados, hasta cómo tienes que vestirte... ese todo, sin embargo, llega un punto en el que te planteas un por qué, en el que, a todos nos pasa lo mismo, y lo que hasta el momento te había movido pasa a ser nada, unos ojos vacíos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario