jueves, 23 de febrero de 2012

¿Jugamos?

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Los dedos se internan en mi garganta veloces, curiosos, saben a donde se dirigen, como siempre. Mi cuerpo tarda poco en convulsionarse al ritmo de la sangre que late incesante en mis sienes. El líquido sube rápido y cálido como lava en un volcán, tarda poco en colorear mi boca y caer torrencialmente sobre el blanco del water. Sale una parte de mí que lleva un rato rondando mi mente en forma de arrepentimiento, me asalta un pensamiento aventajado "Seguro que queda más en mi cuerpo". Y sobre el suelo blanco vuelvo a convulsionarme, vuelve a subir de mí lo que mi estómago poseía hasta el momento. Mis dedos, rápidos, vuelven a jugar con mi campanilla, saliendo al sentir que el líquido sube, aferrándose al papel higiénico.
Al terminar... solo sueño, un sueño que evoca felicidad, realismo, vuelo sobre todo a un lugar colorido. El blanco alicatado de la pared es testigo del retorno; mis ojos vuelven a ver, mas no a sentir, no son consciente aún de lo que ven. Mi mano, acostumbrada a ello, alcanza el movil y pulsa el "play" mientras las canciones se suceden sin escucharlas, va huyendo de mí el mareo y volviendo a mí la vida, la movilidad...
Los pies vuelven a sujetarme, el color ha vuelto a mí, esta vez, acompañado de una sonrisa, estómago vacío; soy feliz. Sin embargo, sé que volveré a caer, mis ojos volverán a cerrarse y la vida caerá en cascada desde mi boca. En fín, todo esto constituye mi día a día.

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