Recuerdo de los peores días.

Esta recluida en una habitación, sola pese a estar llena de gente... Llora, siente malestar; creía estar bien y ahora, es invisible para todo el mundo, amigos y enemigos. Miles de sentimientos contradictorios se arremolinan en su cabeza y contempla la puerta abierta sintiendo deseos de correr hacia ella, salir, atravesar la puerta de la terraza y allí, a tres pisos del suelo; saltar.

Piensa.. en la sensación de libertad y la adrenalina que le daría ese simple movimiento, entonces desea tener el valor necesario para eso.

Sale por la puerta mientras el corazón late cada vez más fuerte como si supiera lo que se avecina, nadie se ha dado cuenta de su huida por lo que sigue andando libre, abre la puerta de la terraza y la atraviesa cerrándola cuidadosamente tras de sí. Unos pasos atrás y empieza la carrera, se siente llena de vida, de gozo... "por fín" piensa, y el viento cortante de las nueve de la mañana le revuelve el pelo. Piensa el lo que daría por sentirse asi siempre y sigue corriendo, un pie, otro pie; cada vez más rápido, cada vez más libertad... Está a un paso del éxtasis, mucho más que con cualquier droga, si salta estará ahí en el centro de la libertad...

Levanta la pierna, salta y en ese pequeño salto que la subirá a la barandilla ve su vida pasar.. Bueno, lo malo de esta lo recompensará con creces este momento. Dobla las rodillas, se impulsa con los brazos y salta.

"Éxtasis, libertad ansiada, la gravedad me llama y sé que caeré rápido pero a mí se me hace lento, como si la vida me quisiese dar la oportunidad de disfrutar de algo. Contemplo a la gente que me está mirando y los compadezco; siguen atados a lo que yo he dejado en la terraza, esa puta sociedad. No volveré a sentirme obligada a hacer algo, nadie volverá a mandarme nada, no me van a volver a regañar, ni me volveré a inventar excusas para no ir al intituto..." Todos estos pensamientos la alegraron más todavía y la hicieron disfrutar más del momento. " Estoy llegando al suelo, que pena, dentro de un momento dormiré para siempre... qué bien, pues siento sueño... La única queja que tengo es que no volveré a repetirlo; aquí está el suelo, esperándome; la tierra será mi cama durante el resto de mi existencia carnal. Adiós éxtasis, hola, gran letargo esperado."