M de Maravillosa

 Sentirse impotente cuando una parte de tu ser se desprende. Cuando una de las amistades más verdaderas y dulces que encuentras en tu vida se distancia, piensas en arrastrarla hacia ti, abrazarla y no dejarla ir. Pero recuerdas que lo que quiere es cumplir su sueño, le sueltas despacio, y aunque no quieras, te duela o te joda, debes dejarla ir, en el fondo es lo que ella quiere, es lo mejor y lo que tarde o temprano tendría que pasar. Impotente no te queda otra cosa que tumbarte en la oscuridad ponerte a escuchar cualquier canción, y llorar, la única manera de expulsar todo ese profundo dolor que te invade. Piensas en todas esos buenos momentos que habéis pasado juntos, cuatro años, donde los dos crecimos, maduramos, soñamos, disfrutamos, sufrimos, amamos, lloramos….Lagrimas no dejan de caer por tu mejilla, en ese momento ella es lo que más te importa, lo que más quieres, lo único que quieres es que te abrace. Sentirla cerca de ti y llorar en sus hombros.

Al día siguiente te levantas, una sensación recorre tu estómago y te viene a la cabeza  los primeros pensamientos del día y de las cosas que pasaran este año:

El primer año sin ella y el principio del fin de aquella amistad tan especial.

Este año será muy distinto pero lo que más me extrañara, será mirar hacia atrás y no ver tu sonrisa, aquella libreta llena de dibujos y de sentimientos plasmados en un papel, improvisados y demostrando toda la rabia que siente su interior. No sentir tus uñas clavándose en mi carne hasta hacerme sangre, aquellas visitas a nuestra profesores, tu timidez…Extrañare todo lo relacionado contigo, te extrañare a ti, porque si una palabra te describe, esa es: Maravillosa.